El diseño de Mannheim, a diferencia del de la mayoría de las ciudades alemanas, sigue un patrón cuadriculado, lo que le ha ganado el nombre de “ciudad ajedrez”. Moverse por Mannheim es muy fácil, ya que la mayor parte de los lugares y atracciones más populares están a poca distancia a pie del centro de la ciudad.
La principal ruta que recorre las plazas de esta distribución urbana cuadriculada lleva al Palacio de Mannheim, un gigantesco palacio barroco del siglo XVIII que es, además, uno de los más grandes de toda Europa. Visita sus majestuosas salas y pisa el mismo suelo que una vez recorrieron los pies de Wolfgang Amadeus Mozart.
Pero en Mannheim encontrarás muchos otros lugares y atracciones de interés cultural, así como una amplia oferta artística y gastronómica. En el Teatro Nacional podrás asistir a una obra de teatro o a un espectáculo de ópera o ballet, y en el barrio de Neckarstadt tienes conciertos de música clásica, jazz, pop o rock.
Mannheim es, además, uno de los destinos comerciales más populares de la región. La principal calle comercial es Planken. Aquí encontrarás la mayoría de las tiendas, desde grandes almacenes hasta tiendas outlet de diseñadores exclusivos o boutiques eclécticas. Por su parte, el Barrio Turco es perfecto para encontrar las mejores gangas, como vestidos de novia sofisticados con descuento, así como pastelerías con deliciosos panes, pasteles y galletas de origen turco.
Si encuentras una oferta de viajes a Mannheim, aprovecha para disfrutar de todos sus museos. Explora el Technoseum y haz un viaje por la historia desde la industrialización de mediados del siglo XVIII hasta la actualidad a través de exposiciones interactivas, o bien visita la galería de arte Kunsthalle, uno de los museos más importantes de Alemania, con siete siglos de arte entre sus paredes.
Cuando te canses de estar bajo techo, sal a disfrutar de uno de los parques más bellos del mundo, Luisenpark. Estos pintorescos jardines incluyen un invernadero repleto de plantas tropicales de gran frondosidad, así como reptiles y otros animales. Realiza una tranquila travesía en “gondoletta” por el lago y contempla pelícanos, flamencos y cisnes.
Después, disfruta de un almuerzo en el lugar más emblemático de la ciudad, la Wasserturm o torre del agua. Esta torre es, también, uno de los símbolos más reconocibles de todo el país. De estilo art nouveau, se construyó entre los años 1886 y 1889 y está adornada con figuras de bronce que representan a Tritón y sus sirenas, dos grupos de centauros de piedra y una estatua de Anfítrite en su tejado de cobre.
Como núcleo de inmigración, Mannheim se ha ido convirtiendo en un animado y colorido crisol de culturas y nacionalidades, lo que le permite ofrecer un amplio abanico de experiencias, de día o de noche. En esta ciudad podrás probar de todo, desde el famoso pad thai hasta la gastronomía fusión asiática, la vegana, la italiana auténtica, la griega gurmé o el cordero al curri.