La fortaleza de San Felipe, construida en el siglo XVI, se mantiene en pie sobre una colina con vistas al océano Atlántico. Una ubicación perfecta para proteger la ciudad colonial frente a los ataques de piratas. Hoy en día, esta fortaleza está abierta al público como museo. En él se explica la importancia del fuerte en la historia de Puerto Plata. Aquí podrás observar antiguos artefactos militares, como bayonetas y balas de cañón, y disfrutar de la vista del mar desde el mirador.
La fortaleza de San Felipe se construyó a mediados del siglo XVI bajo las órdenes del Rey Felipe II de España. Se diseñó para proteger la región contra los piratas, ya que era una importante zona minera de plata y oro. Durante la dictadura de Trujillo, se utilizó como prisión. Después, en la década de 1960, se estableció como museo, aunque cerró por reformas y se reinauguró en 1983.
Antes de entrar, necesitarás unos minutos para apreciar la enorme fortaleza de piedra desde el exterior. El fuerte contrasta con otras construcciones de Puerto Plata, muchas de las cuales son edificios de estilo victoriano del siglo XIX.
En su interior se ha instalado un pequeño museo, en el que se relata la historia de la fortaleza y se exponen armas antiguas y artefactos coloniales. Al recorrerlo, podrás observar el espesor de los sólidos muros del fuerte. Estos, junto con el foso, ayudaron a repeler a los invasores y a evitar que los prisioneros escaparan.
Cuando hayas explorado el museo, puedes subir a lo alto de las murallas para admirar la vista panorámica que abarca la costa y el océano. Además, frente a la fortaleza se extiende una zona de césped perfecta para descansar. Si visitas la fortaleza, te recomendamos acercarte al faro blanco y amarillo restaurado. Este data de finales del siglo XIX y tiene 24 metros de altura.
La fortaleza de San Felipe está ubicada en una península en el extremo occidental de la avenida General Gregorio Luperón. Se ofrecen visitas guiadas, pero también puedes visitarla de manera independiente cuando viajes a Puerto Plata. La entrada es de pago e incluye una audioguía y la visita al faro. Es recomendable consultar el horario de apertura con antelación.