Comienza tu experiencia con una visita guiada por el taller de chocolate y las zonas de producción. Observa el proceso de producción de primera mano y aprende cómo se elaboran los bombones. Observa entre bastidores cómo se elaboran los auténticos bombones artesanales, para que te hagas una idea real del cuidado y la tradición que entrañan.
Tras la visita, disfruta de una degustación que te adentrará en esa tradición, creada por una familia cuyo amor por el chocolate se ha transmitido de generación en generación. Empezaron su andadura hace décadas, aprendiendo el oficio en fábricas históricas donde nacieron los chocolates italianos. Cuando la gran producción industrial empezó a imponerse, optaron por preservar las viejas costumbres abriendo su propio taller, dedicado a fabricar chocolates como antaño.
Esta degustación es algo más que probar dulces: es un homenaje a una forma de hacer chocolate que valora el tiempo, la atención al detalle y los ingredientes puros. Empieza con cuatro pralinés hechos a mano, cada uno con un sabor distinto -rellenos de avellana, licores o crema de pistacho-, todos ellos elaborados sin aromas artificiales, con buen cacao y recetas tradicionales.
A continuación, elige entre dos opciones: un rico y aterciopelado chocolate caliente o una cucharada de gelato artesanal fresco, elaborado a diario con ingredientes sencillos y métodos bajos en grasa. En cualquier caso, prueba el cuidado y el respeto por la tradición que hay detrás de cada uno de ellos.
Para terminar, disfruta de un capuchino o un espresso con unas galletas caseras. Son delicias sencillas recién horneadas que combinan muy bien con el chocolate: con sabor a nuez, mantequilla y aroma. Con un poco de agua sin gas o con gas, ayuda a refrescar el paladar y a disfrutar más tiempo de cada sabor.