Disfruta de un paseo por el antiguo Hortus Palatinus hasta las ruinas del Castillo de Heidelberg. Tras un paseo hasta la Terraza de Bushel, con vistas de la ciudad hasta el Rin, te guiarán por el complejo del castillo y bajarán hasta la bodega, donde encontrarás el barril de vino más grande del mundo. Si te apetece probar algo, hay vino de la región disponible para degustar, o puedes ir directamente al Museo de Farmacia, en el patio.

Cerca del Puente Viejo sobre el río Neckar, las impresionantes ruinas del castillo son una de las atracciones turísticas más populares de Alemania y un importante punto de referencia de Heidelberg. El castillo se construyó con la arenisca roja del valle del Neckar en el siglo XIII como fortaleza y más tarde sirvió como residencia del Elector de Heidelberg hasta su destrucción en 1689, durante la Guerra de los Nueve Años. A lo largo de los siglos ha sido reconstruida por diversos electores y hoy muestra elementos estilísticos diferenciados de tres épocas. Llega al castillo a pie o en teleférico desde el centro histórico.