Tu guía te recogerá en tu alojamiento y te llevará en una visita guiada privada que incluye 3 paradas. El recorrido termina en el centro de la ciudad, a poca distancia de la zona del “Casco Viejo”.

La primera parada del recorrido es en el Museo Nacional de la Aldea, el segundo museo al aire libre más grande de Europa y una reconstrucción perfecta de la auténtica aldea rumana de los siglos XVIII y XIX. “La arquitectura de un país es, quizás, la expresión más fiel de su historia” (Matei Cantacuzino).

Construido en 1936 en el interior del Parque del Rey Miguel, el museo cuenta con más de 300 edificios muy bien conservados que se trajeron aquí desde todo el país y se volvieron a montar sobre el terreno. Es el lugar ideal para descubrir el folclore local y la arquitectura distintiva de cada región histórica de Rumania, desde las iglesias de madera y las cabañas de montaña de Transilvania hasta las grandes posadas y mansiones de Valaquia y Moldavia o los molinos de viento y las casas con tejado de paja del delta del Danubio o cerca de la costa del Mar Negro.

La segunda parada es en una tienda local de arte y artesanía, donde todo está hecho a mano. Podrás admirar blusas tradicionales rumanas llamadas “ie”, iconos pintados en vidrio, exquisitos huevos pintados de Pascua de Moldavia, la famosa cerámica Horezu de Valaquia, máscaras de madera y baratijas de Transilvania. También hay recuerdos temáticos de Drácula, libros y dulces tradicionales como galletas de nudo o “nueces de chocolate”.

Después de la arquitectura y la artesanía, viene la gastronomía. Creemos que el conocimiento de la comida y el vino de un país es intrínseco a la comprensión de su cultura. Así pues, la tercera y última parada es en un bar de vinos local. Rumanía es el duodécimo productor mundial de vino, con siglos de tradición vitivinícola.

En el bar de vinos disfrutarás de 3 copas de vinos rumanos junto a un pequeño plato con queso y embutidos. Tu guía te contará la historia de los vinos locales, el resurgimiento de la industria en las últimas décadas y te ayudará a descubrir el “terroir” distintivo de famosas regiones vinícolas como Dealu Mare y también variedades locales como Feteasca Neagra, Tamaioasa Romaneasca o Negru de Dragasani.

Tras la cata de vinos, la visita llega a su fin y puedes optar por pasar más tiempo en el bar de vinos por tu cuenta o pedir al guía que te indique cómo volver a tu alojamiento o a la cercana zona del Casco Antiguo.