No importa si te sumerges en la Leipzig nocturna de la cordial esposa del verdugo Helma, la limpiadora patentada Pauline o la afable Leipzig Lola, el “sorbo del pobre pecador” de camino te vendrá bien para digerir fácilmente los hechos desnudos del pasado y del presente?

Como cantante en el Leipzig de los dorados años 20, Lola sabe mucho sobre el “gran negocio de la noche”; al fin y al cabo, Leipzig tenía 46 burdeles y 220 salones de masaje relevantes en aquella época. Pero Pauline también es consciente de los deseos de los comerciantes y de los invitados a la feria para que la jornada comercial sea un éxito. Vigila muy de cerca los pequeños pecados de la ciudad (también los pecados de moda de los famosos) y atrapa muchos cotilleos bajo su poderoso sombrero.

En tiempos de Helma, la mujer del verdugo, Leipzig era un reducto de embriaguez, glotonería y, sobre todo, fornicación nocturna. Estuvo muy cerca de la acción y hoy habla abiertamente de lo increíble.