Obra maestra que flota en el Adriático, Venecia encabeza la lista de visitas obligadas de muchos. A bordo de una lancha motora privada en las afueras de la ciudad, llegarás con estilo a la Riva degli Schiavoni, y tu guía te conducirá a la Plaza de San Marcos. Aquí podrás admirar la maravillosa Basílica de San Marcos y el Palacio Ducal, que está al lado. Su arquitectura gótica bizantina, impregnada de oriente, te abrirá el apetito.

Y no hay mejor forma de explorar Venecia que con un romántico viaje en góndola: hay disponible un paseo opcional de 30 minutos justo después de llegar a la Plaza de San Marcos. Después tendrás tiempo libre para explorar esta encantadora ciudad, y quizás para encontrar algún lugar donde almorzar. Si te apetece algo realmente típico, a los lugareños les encantan sus cicchetti, tapas venecianas.

Por la tarde, hay una excursión opcional de una hora por la laguna, acompañado por tu guía, o la posibilidad de deambular por tu cuenta. Merece la pena alejarse de las multitudes y adentrarse en callejuelas y canales más tranquilos para sentir la verdadera magia de “La Serenissima”.