A pocos kilómetros de Roma, hay una ciudad mundialmente conocida, que alberga dos lugares declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO: Tívoli.

Es aquí donde, allá por el siglo II d.C., el emperador Adriano construyó su majestuosa villa: una lujosa residencia campestre donde solía retirarse y donde vivió sus últimos años.

El enorme complejo incluye más de 30 edificios, varias piscinas, antiguas estaciones termales y ocupa una superficie superior a un kilómetro cuadrado, lo que da una idea del objetivo de este lugar: mostrar la grandeza, opulencia y vasto poder del emperador.

En el siglo XVI, el cardenal Ippolito II d'Este retiró de la Villa Adriana gran parte del mármol y las estatuas que quedaban para decorar su propia villa, situada en las cercanías: Villa d'Este, otro lugar declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Ampliamente pintada al fresco en su interior, la Villa está rodeada por un jardín único, en el que se despliega un complejo sistema de estanques, chorros de agua, canales, fuentes, cascadas y juegos acuáticos. Y lo que hace de este sistema de fuentes una increíble obra maestra de la ingeniería es que funciona totalmente por la fuerza de la gravedad, sin bombas.

Saliendo de Roma por la mañana, dispondrás de medio día para disfrutar de estas bellezas arquitectónicas acompañado por un guía profesional, que te proporcionará un receptor de audio y auriculares: ¡no te perderás ni un detalle!