Comenzando en una popular plaza del centro de la ciudad, te dirigirás directamente a un café de mercado que resume lo mejor de las mañanas sevillanas. Observa a todos los lugareños haciendo sus compras diarias antes de admirar a un artista trabajando mientras talla delicadamente jamón ibérico.

A continuación, ¡es hora de la fritura más querida de España! Te diriges a un bar donde el equipo familiar prepara unos churros irresistibles con una taza de chocolate caliente, que muchos lugareños consideran el mejor de la ciudad.

Después, ve un lado de Sevilla que muchos desconocen y atraviesa las puertas de un convento sagrado para conocer a las monjas que hornean hornadas de galletas frescas todos los días.

El Guadalquivir fluye por el corazón de Sevilla, así que no es de extrañar que los sevillanos sean expertos pescadores. Charla con un equipo de padre e hijo que sirven pescado recién frito y adobo, un plato que los sevillanos marineros han comido durante generaciones.

Después, aprende a desenvolverte con destreza en los bulliciosos bares de tapas y degusta deliciosos platos, elegidos a mano para adaptarse perfectamente a tu paladar.

Termina tu inolvidable día en la panadería más antigua de la ciudad, donde podrás elegir entre una apetitosa selección de dulces y pasteles.