Las Catacumbas de Domitilla, situadas en la via delle Sette Chiese, son uno de los mayores cementerios de la Roma subterránea y tienen su origen en unas sepulturas creadas en terrenos pertenecientes a Flavia Domitilla y donadas por ésta a sus libertos. Flavia Domitilla era nieta de Flavio Clemente, cónsul del año 95 d.C., y estaba emparentada con la familia imperial.

Como cristiana, Flavia Domitilla fue desterrada por Domiciano a la isla de Ponza, donde murió.

La catacumba está dividida en dos niveles principales. En el llamado Hipogeo de los Flavios, Giovanni Battista de Rossi creyó identificar las tumbas de los miembros cristianos de la familia de Flavia Domitilla, mientras que se trata de un hipogeo pagano referible entre finales del siglo II y principios del III, que se convirtió en cristiano y fue ampliado a mediados del siglo III. Hacia finales del siglo III, los cuerpos de los mártires Nereo y Aquileo fueron depositados en una cripta del segundo piso, que fue transformada por el papa Dámaso (366-384) en una pequeña basílica, ampliada por el papa Siricio entre 390 y 395 hasta alcanzar su tamaño actual.