El viaje comienza en Papafragas, un conjunto de ensenadas y cuevas marinas. Está situado en la base de un barranco prístino que fue modelado por la actividad volcánica. Nos asomaremos un rato a este pintoresco lugar, donde podrás contemplar aguas turquesas transparentes y ver a algunos turistas bastante aventureros nadar y bucear en las cuevas del fondo del barranco.
Milos desempeñó un papel crucial en la prehistoria de las Cícladas y, concretamente, en Phylakopi, un asentamiento que data del Neolítico (9000 a 4000 a.C.). Mientras excavaban el yacimiento a finales de la década de 1890, los arqueólogos británicos descubrieron tanto herramientas hechas de obsidiana, un vidrio volcánico similar al granito, como la figurilla de arcilla de la “Dama de Phylakopi”, bellamente decorada. Presentaremos esta posición prehistórica que siguió siendo un asentamiento activo hasta el año 1000 a.C. desde el yacimiento adyacente de Papafragas, con vistas a la muralla de fortificación occidental de la ciudad.
Un corto trayecto en coche desde Phylakopi nos lleva a Sarakiniko, una ensenada de formaciones rocosas de un blanco puro esculpidas por erupciones volcánicas. Este bello paraje de otro mundo es una de las muchas maravillas geológicas de la isla y quizá uno de los lugares más fotografiados de las Cícladas. Daremos un paseo por la ensenada para que puedas experimentar esta playa única en su género y hacer fotos. Aquí te sentirás como si hubieras aterrizado en la Luna.
Desde allí, recorreremos la carretera a lo largo de la costa norte hacia la pintoresca Plaka y sus calles y callejones adoquinados. Plaka es una “Chora” clásica de las Cícladas, con casas de piedra blanca y buganvillas, situada a 250 m sobre el nivel del mar. Pasearemos por el pueblo para admirar su arquitectura tradicional y su impresionante vista del mar desde la veranda de Panagia Korfiatissa, una hermosa iglesia del siglo XIX, y probaremos unos dulces caseros en la famosa pastelería local del pueblo.
La siguiente parada es en las afueras de Trypiti, donde se encuentran las Catacumbas, un lugar sagrado para el cristianismo primitivo, una necrópolis y un lugar de descanso de unas 2500 almas. Cerca de las Catacumbas se encuentra el Anfiteatro Romano de mármol, recientemente restaurado, que puedes admirar desde un nivel superior que se alza sobre él. Aún quedan siete filas enteras de asientos con una hermosa vista de la bahía. No muy lejos de este lugar, se descubrió en 1820 la Venus de Milo (que ahora reside en el museo del Louvre de París).