Kanazawa, rival de Kioto como joya histórica de Japón, es un crisol de arte, cultura e historia japonesas, donde reina la tradición y los barrios de la era Edo, bellamente conservados, crean una atmósfera como en ningún otro lugar de Japón. Podrías explorar el barrio de Nagamachi, un histórico distrito samurai donde obtendrás una instantánea de la vida en el Japón de hace un siglo, mientras que un tranquilo paseo por Kenroku-en, uno de los Tres Grandes Jardines de Japón, debería estar en toda lista de cosas que hacer antes de morir.

El distrito de ocio Higashi Chaya, donde las antiguas casas de las geishas se han reconvertido en casas de té y restaurantes, es una visita obligada para cualquiera que espere ver a las escurridizas y etéreas geishas o echar un vistazo a los talleres que venden artesanía de Kanazawa en pan de oro. Podrías echar un vistazo a los puestos de la “Cocina de Kanazawa”, el Mercado de Omicho, de 280 años de antigüedad (es famoso por sus croquetas crujientes), y ver el singular Santuario de Oyama, con sus vidrieras de estilo holandés en la tercera planta, o quizá te conformes con pasar horas en el impresionante Castillo de Kanazawa, sede histórica del poder del clan samurai Maeda.

En un plazo de 24 horas desde el momento en que reserves, recibirás un breve cuestionario sobre tu personalidad e intereses. En función de tus respuestas, se te asignará un anfitrión afín. Tu anfitrión se comunicará directamente contigo para sugerirte un itinerario que te ayude a descubrir lo que hace única a la ciudad. También acordaréis una hora y un lugar de reunión. Tu itinerario es flexible, por lo que durante la experiencia siempre puedes cambiar de opinión sobre lo que quieres hacer.