Aunque recorrer a pie los 1.100 km2 del Parque Nacional Olímpico llevaría toda una vida, nos sumergimos en algunos de los puntos más destacados del parque en esta excursión de un día en grupo reducido. El Parque Nacional Olímpico es un Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO notable por su diversidad ecológica y sus extensos espacios naturales. Esta excursión guiada por naturalistas te lleva a través de Puget Sound hasta la Península Olímpica, donde explorarás los bosques cubiertos de musgo, los lagos azules y las impresionantes montañas que definen la región.
Viaja por el Parque Nacional Olímpico con un guía experto que conoce el parque por dentro y por fuera. No hay dos excursiones con Evergreen Escapes exactamente iguales, ya que nuestros guías utilizan diversos factores, como el tiempo, la estación, el interés del grupo, las condiciones de la carretera y otros, para confeccionar el día perfecto para tu grupo.
La mañana puede empezar con un viaje en ferry por las vías fluviales del estrecho de Puget hasta la isla de Bainbridge. Conecta con la Península Olímpica a través de la Península de Kitsap y el Puente del Canal Hood, o explora la ruta sur con una visita a un refugio de vida salvaje de fama mundial para hacer una pausa y estirar las piernas y disfrutar de un tentempié y un café por la mañana.
Explora el lago Crescent, tallado por los glaciares, o el lago Quinault, de color verde esmeralda. Flanqueadas por senderos llenos de historia y relatos misteriosos, las plácidas orillas y su perfecta ubicación en medio de las ondulantes estribaciones olímpicas sirven como fuente instantánea de relajación. Recorre los senderos para disfrutar de los antiguos bosques de abetos Douglas y cicutas occidentales, aventurándote a las cascadas neblinosas o a los arroyos balbuceantes.
Según el día, conduce hasta Hurricane Ridge, una ciudadela montañosa que te sitúa al borde de los picos excepcionalmente escarpados del Parque. Disfruta desde la cima de una magnífica vista de 360 grados que abarca las montañas circundantes, el estrecho de Juan da Fuca y las islas San Juan. Las praderas abiertas son ideales para observar la vida salvaje: estate atento para ver marmotas olímpicas, ciervos de cola negra e incluso osos negros. Embárcate en paseos guiados por la naturaleza o con raquetas de nieve para aprender más sobre los ecosistemas subalpinos.
Otros días podemos prolongar nuestro viaje hasta la costa para visitar las playas rocosas y escarpadas características del noroeste del Pacífico. Asómate a los microecosistemas de las pozas marismeñas o contempla las extensas aguas que definen nuestra región.