- Vivir la Nochebuena en Jerusalén es un acontecimiento inolvidable para todos los visitantes. El recorrido comienza en el Monte de los Olivos, que ofrece unas vistas impresionantes de la Ciudad Vieja, que permiten comprender la rica historia y espiritualidad de esta antigua tierra. De pie en este lugar sagrado, rodeado por el apacible paisaje y los olivos centenarios, esuscita una sensación de asombro.
A continuación, el recorrido se dirige a el Huerto de Getsemaní,donde casi se puede oír los pasos de Jesús* resonando a través de los tiempos. La visión de olivos nudosos que se remontan a la época de Jesús sirve como poderoso recordatorio de los acontecimientos bíblicos que se desarrollaron en este lugar.
Después, el recorrido explora la Iglesia del Santo Sepulcro, el lugar más sagrado del cristianismo. Los visitantes pueden ver el lugar exacto donde Jesús fue crucificado, la tumba donde fue enterrado y otros lugares clave de su vida. La iglesia es un testimonio del poder de la fe y un recordatorio vivo del impacto de Jesús en el mundo.
A continuación, el recorrido atraviesa la Jerusalén moderna, pasando por lugares emblemáticos como la Knesset israelí y el Museo de Israel, ofreciendo un sorprendente contraste entre las partes antigua y moderna de la ciudad y una visión de la compleja historia y cultura de este fascinante lugar.
El recorrido concluye en Belén, en el corazón de la historia de Navidad. La Plaza del Pesebre rebosa del espíritu festivo de la temporada, ya que lugareños y visitantes se reúnen para celebrar el nacimiento de Jesús. La deliciosa cena de Nochebuena ofrece una muestra de la cocina local, mientras que el sentimiento de comunidad y unión se suma a la alegre atmósfera.
A medianoche, el recorrido se dirige a la Iglesia de la Natividad o se une a los cristianos de todo el mundo*en la Plaza del Pesebre para asistir a la Misa de Nochebuena. Los sonidos de los villancicos llenan el aire, y la solemne belleza de la antigua liturgia sirve de recordatorio del profundo significado espiritual de esta noche.
- Los visitantes se quedan con una sensación de asombro y gratitud por la oportunidad de experimentar un lugar tan sagrado durante este tiempo especial. Los recuerdos de este viaje durarán toda la vida, un testimonio para del poder perdurable de la fey de la belleza del espíritu humano.