Surgida en las primeras capitales, Bursa y Edirne, en los siglos XIV y XV, la Arquitectura Otomana se desarrolló a partir de la Arquitectura Selyúcida con influencia de los Imperios Romano de Oriente y Persa.

Los otomanos lograron la arquitectura de más alto nivel en sus tierras desde entonces. Dominaban la técnica de construir vastos espacios interiores confinados por cúpulas aparentemente ingrávidas pero macizas, y lograban una armonía perfecta entre los espacios interiores y exteriores, así como luces y sombras articuladas.

Con más de 3000 bellos ejemplos de Faros islámicos en la ciudad, es obvio que hay algunos que sobresalen entre todos y esta experiencia especialmente comisariada te dará la oportunidad de explorar esas mezquitas icónicas y su luz:

• Mezquita de Sehzade: Dedicada a Sehzade (príncipe) Mehmed, hijo pequeño y fallecido de Solimán el Magnífico, y mandada construir para conmemorar a Sehzade Mehmed mucho después de su muerte. La primera obra de Sinan el Arquitecto fue el primer encargo imperial importante y, a la postre, una de sus obras más ambiciosas.
• Mezquita de Suleymaniye: Lleva el nombre del sultán que más tiempo reinó, Suleimán el Magnífico y fue construida por Sinan el Arquitecto durante su época de compañero artesano. El diseño de la mezquita juega con la autoconsciente representación de Suleimán como un “segundo Salomón“, ya que Suleimán se encontraba entonces en la cima de su poder.
• Mezquita de Nûr-i Osmânî: El barroco otomano fue corpóreo en manos de un maestro y un compañero arquitectos por primera vez y se convirtió en la cuarta cúpula más grande de Estambul. Después de 100 años de construcción de la Mezquita Azul, hicieron falta dos reinados de sultanes diferentes para terminar la primera Mezquita del Sultán, que recibió el nombre de Osman III, quien tuvo la oportunidad de ver su acabado.
• Mezquita del Sultán Ahmed (la Mezquita Azul): Con el objetivo de reafirmar el poder otomano, el sultán Ahmed I ordenó a los arquitectos imperiales que construyeran una mezquita que pudiera igualar la gloria de Santa Sofía. Para ello, el Sultán ordenó Minaretes dorados(Altin)pero el maestro arquitecto se equivocó y puso seis (Alti) minaretes a la estructura, por primera vez en el mundo islámico. Obviamente, el maestro arquitecto no tuvo éxito con los minaretes dorados, pero alcanzó el objetivo principal, ya que El Papa Benedicto XVI realizó una visita, convirtiéndose en la segunda visita papal de la historia a un lugar de culto musulmán.
• Mezquita del Sultán Valide: Un ejemplo único de cómo las ambiciosas Reinas Madres pudieron patrocinar la construcción de una mezquita notable.