La caminata es fácil y requiere una forma física básica, comenzando a las 8 de la mañana para llegar el primero al lugar. El sendero tiene unos 2 kilómetros, sube y baja, pero nada demasiado empinado. El paseo dura unos 45 minutos, más si te detienes a menudo para hacer fotos.
Las vistas a lo largo del camino son impresionantes, con frondosas colinas y el mar en el horizonte. La mayor parte del camino es sombreado, el sendero serpentea por la selva y algunos campos de cacao y café al principio.
Tienes que cruzar el río unas cuantas veces, no es profundo, pero es buena idea llevar calzado antideslizante que pueda mojarse para la caminata, sobre todo si ha llovido, ya que el camino puede estar bastante embarrado.
Antes de llegar a la cascada, tendrás una vista impresionante de la exuberante selva, con la cascada asomando entre los árboles. Allí encontrarás una pequeña tienda local donde podrás comprar aperitivos y bebidas, así como artículos locales como cacao y café. También puedes probar la Mamajuana, un tipo de ron local infusionado con docenas de hierbas locales, algunas con propiedades medicinales. Pregúntaselo a tu guía.
Puedes meterte bajo la cascada para disfrutar de un fuerte masaje o adentrarte un poco más para ver las cuevas ocultas.
El agua tiene la temperatura perfecta para relajarse después del paseo, con la piscina a la sombra de los árboles. Dependiendo de las precipitaciones y de la temporada en que estés de visita, la cantidad de agua que sale de la cascada puede no ser la misma, pero siempre podrás bañarte en la piscina.