La Gruta do Lago Azul es una de las principales postales de Bonito y, sin duda, uno de los escenarios más bellos de Brasil. Además de tener una vista increíble, la Gruta encanta por su magnitud: es una de las mayores cavidades inundadas del planeta, y visitarla es un verdadero viaje a los orígenes de la región.

Para llegar al lago hay que bajar casi 300 escalones, el equivalente a un edificio de 12 plantas. Por el camino, observarás varias estalactitas y estalagmitas (formaciones rocosas que tardan miles de años en formarse) hasta llegar a la mayor recompensa. El lago es cristalino, y el color azulado que lo hace famoso se debe a una combinación de factores, como la ubicación de la cueva y la presencia de minerales en su fondo. Seguro que te encantará la belleza de este fenómeno natural, en un recorrido contemplativo y único.