Las misteriosas ruinas de la antigua Pompeya ofrecen un viaje tan envolvente y una experiencia sobrecogedora como ningún otro yacimiento arqueológico del mundo. La ciudad no sólo fue arrasada por la erupción del Vesubio en el año 79 d.C., sino que también quedó sepultada bajo capas de escombros, cenizas y lodo. El resultado es el inestimable valor de este lugar declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y un fragmento extraordinariamente bien conservado de la antigua vida romana. Después de Pompeya, aprovecha para visitar la ciudad multicolor: ¡Nápoles! Brillando como un pedazo de cielo en la tierra, con vistas a una maravillosa bahía y el majestuoso Vesubio justo detrás, Nápoles posee una identidad cultural y artística de incalculable valor. Las mejores vistas son desde el barrio de Posillipo. Se trata de un recorrido relajante, que te permitirá conocer los orígenes míticos y legendarios de la ciudad.