Évora es una ciudad medieval muy bien conservada, un lugar seductor para adentrarse en el pasado. Habitada desde hace varios milenios, es uno de los puntos calientes megalíticos de Portugal, con varios yacimientos neolíticos en los alrededores, el más antiguo de los cuales data de hace 5000 años. Las tribus celtas habitaban la región cuando las tropas romanas llegaron para conquistar Lusitania. Plinio el Viejo menciona Évora en el siglo I d.C. como “Ebora Cerealis”, un emplazamiento fortificado prerromano. El nombre de Évora procede de “ebura” en protocelta, que significa “tejo”, debido a la presencia de dicho árbol en la zona. La ciudad fue gobernada por romanos, moros y reyes portugueses, por lo que está profundamente arraigada tanto en la cultura como en la arquitectura. Admira el templo romano de Évora, uno de los edificios más ricos de la arquitectura romana, y declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Explora las pintorescas plazas laberínticas de la ciudad, sus estrechas y sinuosas callejuelas que conducen a sorprendentes obras arquitectónicas y a su rico patrimonio.