Como encrucijada entre la Europa latina y la eslava, Istria ofrece lo mejor de ambos mundos. Es mucho lo que cabe en su pequeño tamaño, así que este recorrido te ofrece lo mejor: pueblos rústicos, ruinas romanas, basílicas bizantinas y una muestra de su gastronomía de primera clase. Visitarás Pula, Grzini y Porec, disfrutando de paisajes pintorescos por el camino.
Comenzamos en Pula, en el sur de la península. Alberga un anfiteatro romano bien conservado, en el que los centuriones te mostrarán los alrededores. Pero eso es sólo la punta del iceberg: la ciudad presume de una gran riqueza de reliquias antiguas. Entre las visitas obligadas figuran el Templo de Augusto y el Arco del Triunfo, y también hay iglesias bizantinas y barrocas, así como una fortaleza de los Habsburgo.
A continuación, nos dirigiremos hacia el interior, a la aldea de Grzini, para un almuerzo tradicional de Istria, regado con vino local. Es un espectáculo. Completa el día en Porec, que se asienta sobre un compacto promontorio. Pasea por el adoquinado Decumanus, que data de la época romana, hasta la Basílica Eufrasiana, del siglo VI, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.