Te recogerán en tu alojamiento de Zagreb y conducirás unas tres horas hasta Pula. Es la ciudad más grande y el centro de la península de Istria. La ciudad fue fundada por una antigua tribu en el siglo X a.C. y era bien conocida por los viajeros y navegantes griegos, por lo que se menciona en muchos mitos griegos. En el siglo I, los romanos hicieron fuerte la ciudad y hoy se pueden explorar los vívidos restos de esta época. El Pula Arena es uno de los anfiteatros mejor conservados del mundo y te hará retroceder en el tiempo mientras imaginas batallas de gladiadores. Otros ejemplos de arquitectura romana por descubrir son el Templo de Augusto y las puertas de acceso a la ciudad, como el Arco de los Sergios y la Puerta de Hércules.
Continúa tu viaje durante 45 minutos hasta Rovinj. Esta ciudad también fue fundada por las tribus de Istria. Se construyó en una pequeña isla cercana al continente y en el siglo XVIII estaba conectada a él. Fue gobernada durante cinco siglos por Venecia, por lo que en la ciudad se hablan tanto la lengua italiana como la croata. Durante este periodo de ocupación, se construyeron murallas alrededor de la ciudad, cuyos restos se conservan hoy en día. Rovinj es una auténtica joya y adorada porque a cada paso que das te ves obligado a hacer otra fotografía.
Viaja otros 45 minutos hasta Porec. La Ciudad Vieja tiene casi 2000 años de antigüedad y es famosa sobre todo por la Basílica Eufrasiana, de 1997. Está en la lista del patrimonio mundial de la UNESCO y es uno de los destinos turísticos más populares de Istria. Observa la influencia romana y la arquitectura de la ciudad mientras paseas por las calles principales, que aún se conservan en su forma original.