Embárcate en una excursión de un día completo para descubrir las bellas ciudades al pie de las montañas del Rif, desde Tánger, pasando por Tetuán, hasta Chefchaouen. Al salir de tu hotel, disfrutarás del impresionante paisaje de la costa mediterránea y del bosque del Rif antes de llegar al casco antiguo, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, y a los animados barrios modernos de Tetuán. El nombre de la ciudad procede de la lengua bereber y significa literalmente “los ojos”. Tetuán representa una mezcla única de las culturas andaluza y árabe, lo que hace que este lugar sea incomparable. Aquí hay numerosos puntos de referencia y monumentos. No es de extrañar que la ciudad atraiga a tantos visitantes y viajeros de todo el mundo. Sin duda visitaremos la plaza que lleva el nombre del famoso Hassan II (Boulevard Mohammed V). También veremos el palacio del Gobernador (el Palacio del Rey), la primera mezquita norteafricana y el jardín español. Allí encontrarás innumerables casas bajas blancas. Uno de los rasgos característicos de Tetuán es el gran número de vendedores ambulantes, que ofrecen sus mercancías a los viajeros. Durante el recorrido también echaremos un vistazo al sector judío, al mercado bereber, al sector andaluz y a otros lugares de interés. Sal de Tetuán hacia nuestro segundo destino “Chefchaouen”. Tras 45 minutos de impresionantes paisajes y numerosos pueblos bereberes, llegarás a Chefchaouen, uno de los lugares más encantadores y relajados de Marruecos. Es famosa por su medina encalada de azul, con estrechas calles serpenteantes y talleres artesanales. Fueron los judíos quienes pintaron por primera vez la ciudad de azul, un color que se creía que protegía contra el mal de ojo y también contra los mosquitos. Pausa para comer en el Riad Dar Chaouen. Se servirá en la idílica zona ajardinada con vistas al valle “Rass Elma” y a la medina. Después de comer, un paseo por la medina te permitirá conocer el trasfondo histórico y cultural de la ciudad y de la región del Rif. Detente en “Outat Lahmam” y visita la kasbah, construida por el Soultan Moulay Ismail (siglo XVI), hoy prácticamente en ruinas y situada junto a la gran mezquita.
Aunque la medina es pequeña, es auténtica. Pasearemos por sus callejuelas para mezclarnos con los lugareños y percibir los olores de la vida cotidiana. Chefchaouen es mucho más que una cara bonita. La ciudad está llena de atractivos, gracias a su rico patrimonio.