El Monasterio de Alcobaça es un lugar donde se celebra el amor eterno, ya que es el lugar de descanso de Pedro e Inés. Pedro era un príncipe cuya amante fue brutalmente asesinada por motivos políticos. Cuando se convirtió en rey, se aseguró de que se hiciera justicia: mandó matar a los asesinos (cuenta la leyenda que les sacaron el corazón para hacerles pagar por su corazón roto…) y su amada Inés fue coronada reina de Portugal… ¿después de su muerte?

Te contaremos todo sobre la historia y la vida cotidiana de este antiguo monasterio, el mayor de todos los centros cistercienses de Europa. “Rezar y trabajar” era el lema de los monjes, que también dejaron un legado algo profano: pastelería y Ginjinha. Nos lo agradecerás más tarde.

En el Monasterio de Batalha, verdadera obra maestra de la arquitectura portuguesa, verás el maravilloso panteón real y aprenderás todo sobre la Batalla (Batalha) de Aljubarrota, que allanó el camino para que Portugal se convirtiera en el primer imperio mundial.