Pasea por los tranquilos terrenos del castillo de Leeds y visita Canterbury, con su magnífica catedral que domina la ciudad de Kent. Dirígete a la costa, donde podrás contemplar los emblemáticos acantilados blancos de Dover.

Sal de la ciudad y adéntrate en la campiña de Kent. Llega al Castillo de Leeds, una encantadora mansión amurallada que se asienta sobre un lago natural que le sirve de foso. Experimenta la tranquilidad que aquí se respira paseando por los agradables Jardines Lady Baillie, con vistas al lago, y explora el “castillo más hermoso del mundo”.

A continuación, dirígete a Canterbury, donde se encuentra una de las iglesias más antiguas y famosas de Inglaterra, con un campanario que data de 1498 y una cripta fundada en el siglo XI. Recorre su extraordinario interior, donde abundan las vidrieras de colores, los techos de arcos altos y los claustros extravagantes.

Continúa hacia Dover para ver los famosos Acantilados Blancos, situados a 122 metros sobre el nivel del mar. Por encima de los Acantilados Blancos se divisa el extenso Castillo de Dover, que sigue vigilando la ciudad 800 años después de su construcción. Toma un poco de aire fresco del mar antes de regresar a Londres.