Descubre las huellas de la inventiva suiza que han influido significativamente en la historia cultural de Berlín. Comienza el recorrido en la Embajada de Suiza, que ha permanecido casi indemne de los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial.
Conoce la historia de Johan Josty, que se trasladó de Oberengadin a Berlín a finales del siglo XVIII y se convirtió en el primer confitero suizo de la ciudad. Su hermano Daniel también dejó una huella suiza en Berlín y fundó Berliner Weiße; su fábrica de cerveza sigue en pie hoy en Berlín-Mitte.
Continúa hasta Gendarmenmarkt, una de las plazas más bonitas de Berlín. Aquí también puedes ver elementos suizos: hasta 1738 el cementerio suizo estaba situado donde hoy se alza la imponente Catedral Alemana.
A continuación te dirigirás hacia Potsdam. Contempla las casas suizas de la década de 1860 poco antes de llegar al Puente Glienicke. Eran una expresión del espíritu de aquella época para un modo de vida natural y social.
El punto culminante de la visita es el pueblo de colonos suizos de Nattwerder, colonizado por 14 familias de Berlín en 1685. La iglesia de 1690 es la más antigua de Potsdam. Las lápidas señalan a las familias Dortschy, Kiener, Schweingruber, Garmatter y Mauerhof.
En este recorrido también se incluyen los principales puntos de interés de una visita general a Berlín y Potsdam.