• Escapa del bullicio de la ciudad y monta a caballo para explorar las zonas rurales de Marrakech. Recorre los senderos y cabalga por el bosque hasta un estuario, observando la vibrante vida salvaje a medida que avanzas. A tu regreso al rancho, refréscate con un té dulce y pastas de costumbre.
• Monta en tu corcel árabe y sal al trote del establo, emprendiendo tu aventura marroquí. Te adentrarás en un fragante bosque de eucaliptos mientras tu guía te conduce a través de un pueblo tradicional, pasando por el Palacio Real, y hasta la zona del estuario de Souss Massa.

De vuelta al estuario del río Souss, que alberga un santuario de aves, es una gran oportunidad para avistar un flamenco rosa o un ibis calvo septentrional. La vista panorámica contrasta muy bien con tu estancia en la ciudad, así que llena tus pulmones con el aire fresco del mar. La tentadora imagen del té dulce y los pasteles te espolea mientras te diriges al rancho. Devuelve tu caballo y degusta la comida marroquí tras tu gratificante paseo.