En el corazón de la meseta de Murgia, Altamura ha estado habitada desde la noche de los tiempos, como prueban los restos de “Ciccillo”, el famoso hombre de Altamura que vivió hace más de 150.000 años. Más tarde fue refundada por el emperador Federico II de Suabia. Repobló la ciudad convenciendo a los habitantes de la campiña cercana para que se trasladaran al interior de las enormes murallas protohistóricas, y construyó la imponente catedral de Santa María Asunta con sus dos singulares campanarios. Aquí nacieron una gran variedad de figuras brillantes y cultas, y Altamura albergó desde 1748 una de las universidades más antiguas de todo el sur de Italia. Siguiendo el ejemplo de la Revolución Francesa, Altamura proclamó la República erigiendo el árbol de la libertad en la plaza central en 1799. Más tarde, fue fuertemente saqueada por las tropas borbónicas del cardenal Ruffo. La ciudad recibió el nombre de “Leona de Apulia” por el valor demostrado contra el reino borbónico. La ciudad ofrece muchas perspectivas históricas y culturales. Emprende nuestro recorrido y vive la historia antigua de la ciudad, desde el Paleolítico hasta la época clásica. Visita el Museo Diocesano Matroneum de Altamura, situado en la majestuosa Catedral Federicia. Explora las antiguas callejuelas y claustros de la villa medieval mientras hueles de vez en cuando la fragancia del pan de Altamura, famoso en todo el mundo.