Estas son posiblemente las clases de surf más divertidas, ¡sobre todo para los que empiezan a practicar este deporte!
Las clases están dirigidas tanto a los alumnos que pretenden aventurarse en una clase de surf por primera vez, como a los que ya están familiarizados con este deporte. Los elementos del grupo siempre son distribuidos por los instructores según su nivel de experiencia.
Son clases en las que los alumnos aprenden juntos, se desafían e intercambian innumerables risas. También es una excelente oportunidad para poner a prueba lo que consideras tus propios límites y cómo superar tus capacidades y expectativas.
Llegan al final de la clase agotados (no se puede negar esta parte), pero con un fuerte sentimiento de autorrealización.
Nuestra prioridad es la seguridad y, por ello, hay un máximo de 8 alumnos por monitor. La técnica y los progresos de cada uno se evaluarán cuidadosamente a lo largo de la actividad.
A medida que aumenta el nivel de experiencia de los alumnos, se consolidan las normas de seguridad iniciales y se añaden otras.
Éstas están siempre aliadas a la técnica y les permiten interiorizar las líneas conductoras esenciales para su correcta evolución en el deporte. ¡Todo ello en clases de surf llenas de diversión!
El papel del instructor se adapta a la experiencia y al progreso del alumno, fomentando siempre su autonomía e interviniendo para sugerir, corregir y criticar mediante un análisis exhaustivo y una retroalimentación continua.
Al proporcionar una serie de objetivos (cada uno con un contenido específico), los alumnos pueden evaluarse mejor, gestionar sus retos y expectativas y, junto con su instructor, aprender, mejorar y prosperar.
Estas clases prometen mucha diversión y están dirigidas no sólo a los alumnos que quieren aventurarse en una clase de surf por primera vez, sino también a los que ya están familiarizados con este deporte, ya que los miembros del grupo siempre son divididos por los instructores según su nivel de experiencia.
Es un entorno estupendo para quienes disfrutan aprendiendo en grupo, desafían a los demás mientras son desafiados a cambio, y comparten muchas risas. También es una gran oportunidad para comprobar lo que los alumnos consideran sus limitaciones físicas/psicológicas, y llegar al final de la clase completamente agotados (no se puede negar), pero con una sensación de realización y autocomplacencia al superar dichas limitaciones.