Cuando la oscuridad caiga sobre Roma, escápate del jolgorio y disfruta del silencio y la historia de las criptas y catacumbas de la ciudad. Con menos visitantes al anochecer y acceso exclusivo fuera de horario a algunas zonas, no hay nada que rompa el hechizo de estos inquietantes espacios subterráneos.

La Cripta de los Capuchinos marca el tono de la visita. Los monjes capuchinos utilizaron los huesos de casi 4.000 de sus hermanos para decorar este sombrío espacio con intrincados diseños del suelo al techo, lo que le valió el macabro apodo de “la Capilla de los Huesos”.

Menos visitantes se atreven con la Capilla de los Huesos al anochecer, por lo que tendrás espacio para examinar cada detalle de este extraño lugar de culto, desde una calavera real con huesos cruzados hasta lámparas de araña hechas con vértebras humanas. Tu guía te contará las teorías, pero depende de ti sacar tus propias conclusiones sobre el significado del mobiliario esquelético de la cripta.

Un autocar con aire acondicionado te llevará desde aquí a tu segundo lugar, las Catacumbas de Priscila. A muy pocos se les permite entrar en estos túneles sagrados fuera de horario. Hace casi 2.000 años, los primeros cristianos se refugiaron aquí para enterrar a sus muertos y practicar su fe prohibida. Con muy pocos visitantes, y con tu guía experto de habla inglesa para contarte la historia de las tumbas y los túneles, podrás experimentar realmente la atmósfera de este lugar sagrado.

Sigue al sol poniente hasta el misterioso inframundo de Roma, y nunca volverás a ver la ciudad de la misma manera.