En esta finca del siglo XVIII podrás disfrutar de vistas desde una torre de vigilancia, comer en un hogar colonial y conocer el día a día de una plantación azucarera.
Siéntate a la sombra de una palmera, recorre los puestos de una feria de libros y visita los museos de majestuosos palacios en la plaza más antigua de La Habana.