El "Templo del Buda de Esmeralda" es el nombre que le dan los extranjeros a este sorprendente lugar, donde se guarda el objeto más sagrado del Reino de Tailandia: una pequeña figura de Buda en piedra, sentado en actitud meditativa sobre un trono dorado de enormes dimensiones. Los tailandeses creen que se trata de la escultura más antigua que se conserva de Buda, lo que la convierte en un objeto muy venerado.
Wat Phra Kaew, como los tailandeses conocen el templo, forma parte del complejo del Gran Palacio. Su nombre oficial es Phra Sri Rattana Satsadaram, que significa "la residencia del Buda sagrado de piedra preciosa”. El templo en sí es un edificio muy ornamentado, construido en 1785 bajo el reinado de RamaI, que hizo traer el Buda de Esmeralda desde Wat Arun, en la otra orilla del río.
Antes de entrar, fíjate en los espectaculares mosaicos del templo y en su decoración con motivos dorados. La estatua de Buda no contiene esmeralda alguna su nombre se debe a que está tallada a partir de un solo bloque de jade verde. Se encontró oculta dentro del estuco de un templo en Chieng Rai en los primeros años del sigloXV.
En las regiones vecinas oirás varias crónicas contradictorias acerca de la creación de la estatua y los viajes místicos protagonizados por el antiguo Buda de Esmeralda antes de que se descubriese de nuevo. A pesar de que su longevidad y sus orígenes no están confirmados, para la cultura tailandesa es objeto de veneración. Se cree les brindará prosperidad y legitimidad a todos quienes lo posean.
Para rendirle tus respetos, únete a la hilera de peregrinos que llegan aquí procedentes de todos los rincones del país. En cada cambio de estación, el rey de Tailandia preside la ceremonia del cambio de los ropajes del Buda. Cuando vayas a recorrer el resto del templo, no te pierdas la maqueta de Angkor Wat, el complejo religioso camboyano donde se encontraba la estatua mientras estuvo bajo el poder del reino de Siam. Cruza entre las gigantescas estatuas guardianas y accederás al balcón del templo, para contemplar los murales que representan la leyenda del Ramayana.
El Gran Palacio y el Templo del Buda de Esmeralda abren sus puertas todos los días, pero cierran antes de media tarde, así que procura llegar temprano. Para entrar se te exigirá que vistas de forma respetuosa, lo que implica cubrirse brazos, piernas y pies. La forma más práctica para llegar al templo es en ferry o taxi.