Admira la inmensa fachada de mármol y los arcos clásicos del impresionante exterior del Templo Malatestiano. Recorre la nave y contempla las numerosas obras de arte de gran calidad, que incluyen estatuas y coloridos relieves. Descubre por qué la catedral causó tanta controversia en la época de su construcción y busca las posibles causas de la polémica entre los muros de esta catedral.
Antiguamente, había una iglesia dedicada a san Francisco en el mismo lugar donde actualmente se alza el Templo Malatestiano. Sin embargo, alrededor del año 1450, el príncipe de Rímini Segismundo Malatesta ordenó que se rediseñara. Encomendó la tarea al arquitecto Leon Alberti y el resultado supuso una revolución arquitectónica. La catedral de Alberti fue una de las primeras iglesias en incorporar estilos clásicos, pero los monumentos del diseño dedicados a Malatesta y a su querida Isotta degli Atti llevaron a mucha gente a pensar, incluido el papa PíoII, que se trataba de un edificio pagano.
Detente frente al Templo Malatestiano y presta atención a su amplia fachada de mármol. Observa el elevado arco de la entrada y verás las similitudes entre este y el Arco de Augusto, especialmente en la zona de la base. Rodea los laterales de la catedral y fíjate en la forma de los arcos, similar a la de los acueductos romanos. Estos son algunos de los elementos clásicos que hicieron que la reconstrucción de la catedral fuese tan innovadora.
Entra en la amplia nave para observar los arcos que bordean los lados del altar. Descubre el elaborado crucifijo gótico situado sobre el altar y la destreza con la que se han elaborado las estatuas de ángeles que danzan. Recorre las siete capillas situadas a tu derecha: cada una de ellas alberga el sepulcro de un ciudadano destacado de Rímini.
Mira a tu alrededor para descubrir los detalles de la estructura que provocaron tanta polémica. Observa los escudos en los que se entrelazan las letras S e I y que, según sostienen algunos, representan a Segismundo e Isotta. No te pierdas el fresco, obra de Piero della Francesca, que representa a Malatesta arrodillado ante san Segismundo. Muchos afirman que este fresco demuestra la vanidad de Malatesta.
El Templo Malatestiano está situado en el centro de Rímini, cerca de la estación de trenes principal. Abre todos los días y la entrada es gratuita.