El teleférico de Grenoble-Bastille permite acceder a la cima de la montaña de la fortaleza en solo cuatro minutos. Este trayecto es popular por los peculiares vagones “burbuja”, que, como su nombre indica, son burbujas transparentes con capacidad para un máximo de seis personas. Viaja por encima de los tejados de Grenoble en un teleférico transparente desde el que puedes disfrutar de vistas bellísimas de la ciudad, del río Isère y de todo el valle.
El teleférico ha transportado a más de 14 millones de visitantes desde su inauguración en 1934. El trayecto termina en la cima de la montaña de la fortaleza, desde donde podrás contemplar los paisajes más bonitos de la ciudad a una altura de 475 metros. Observa el caudal del río Isère bajo los puentes históricos de Grenoble.
Alza la vista después para contemplar los picos montañosos que despuntan en todas direcciones. Al noreste tienes el Monte Blanco, al este el Belledonne y, al sureste, Le Taillefer. Si miras al sur, verás también un puerto de montaña que comprende parte de la Ruta Napoleón, el camino que siguió el emperador en su viaje de Elba a Grenoble.
Después de disfrutar de las vistas, visita el resto de atracciones de la montaña. En los meses más cálidos, puedes probar la tirolina o atravesar los laberintos de la Acrobastille, una zona de actividades para toda la familia. Si eres aficionado al arte, acércate al Centre d’Art Bastille, o CAB, para ver sus exposiciones de arte contemporáneo. Este centro tiene como objetivo dar a conocer el arte contemporáneo a un público amplio. Para ello cuenta con la ayuda de especialistas que ofrecen talleres y charlas.
Reserva tiempo para dar un paseo o, si te apetece, practicar un poco de senderismo por las montañas cercanas de Chartreuse. Las rutas están señalizadas con paneles y las hay de todo tipo, desde paseos tranquilos de menos de una hora hasta rutas más complejas de varios días.
El mejor momento para tomar el teleférico de Grenoble-Bastille es el amanecer o el atardecer, ya que la luz del sol es el complemento perfecto a la belleza del paisaje. El teleférico abre todo el año, a excepción de un breve periodo en enero. El punto de partida se encuentra en el muelle Stéphane Jay, junto al río, muy cerca del Jardin de Ville. Hay que pagar el trayecto a la colina, pero es muy asequible.