Puede parecer pequeña en comparación con otras plazas de Oviedo, pero la plaza de Porlier está repleta de historia y elementos interesantes. Si consigues ir de día, verás a los residentes yendo de un lado para otro, y después de la puesta de sol, podrás contemplar las bonitas obras de arte público iluminadas.
Vale la pena detenerse a observar la fabulosa fachada del palacio de Camposagrado, un edificio barroco considerado una de las joyas arquitectónicas de Oviedo. De hecho, fue nominado como monumento histórico-artístico en 1943 y, actualmente, alberga el Tribunal Superior de Justicia.
Otro elemento fascinante de la plaza es una escultura conocida como El viajero. Esta obra de arte de bronce representa a un hombre con abrigo y sombrero descansando con su equipaje. La escultura, diseñada por Eduardo Úrculo, llegó a la plaza por primera vez en 1993.
Si continúas hasta el otro lado de la plaza, encontrarás el palacio de Toreno, un edificio construido en el sigloXVII y restaurado en 1957. Aquí nació José María Queipo de Llano, un político aristocrático muy conocido en la zona. Hay una placa en el palacio que conmemora su nacimiento.
Para terminar la ruta por la plaza de Porlier, visita el Tribunal Superior de JusticiadeAsturias. Lo reconocerás por las banderas que ondean sobre la puerta en la fachada frontal. En la plaza también se encuentra el Teatro Filarmónica, uno de los espacios de artes escénicas más grandes de Oviedo.
Si puedes organizar un itinerario más largo cuando viajes a Oviedo, aprovecha para ver otros lugares de interés cercanos a la plaza, como el parque de San Francisco. Puedes sentarte en un banco a disfrutar del entorno o hacer una breve parada mientras vas de camino a otros lugares de interés.
La plaza de Porlier es completamente peatonal, lo que significa que tendrás que aparcar en uno de los aparcamientos de pago de la zona, o bien utilizar el transporte público y hacer el resto del recorrido a pie.