Eructar, ladrar y rascarse la espalda no parecen ser el tipo de actividades con las que los turistas sueñan, a menos que te refieras a las colonias de leones marinos que disfrutan al máximo al sol y juegan en las balsas flotantes del Pier 39.
Los leones marinos habitan en el embarcadero desde 1989, justo después del terremoto de San Francisco de Loma Prieta. Los biólogos marinos creen que los animales viven aquí porque en la bahía hay comida de sobra y porque sus depredadores naturales, los tiburones blancos y las orcas, no cazan en esta zona. El número de ejemplares fluctúa a lo largo del año, y suelen ausentarse en los meses de verano en los que se migran al sur para reproducirse y dar a luz, aunque con un poco de suerte quizá puedas ver cientos de estos animalejos juguetones. En noviembre de 2009 se alcanzó el récord: se llegaron a contar 1701 de ellos.
Puedes comprobar la enorme variedad de vida marina que se muestra en el Aquarium of the Bay. Desde dos túneles acristalados, se pueden ver especies marinas autóctonas de San Francisco, incluidas rayas, tiburones y pulpos, nadando justo por encima de tu cabeza.
El Pier 39 es un complejo de dos plantas de compras, entretenimiento, restaurantes y atracciones en el que podrás pasar la tarde o incluso un día entero. Si necesitas un momento para relajarte, súbete en el Neptune, un crucero de cata de vinos de 90 minutos por la bahía. También puedes acomodarte en un banco y admirar las fantásticas vistas del puente Golden Gate y del puente de la Bahía, Alcatraz, Isla Ángel y la silueta de la ciudad.
El Pier 39 está justo al lado de Fisherman's Wharf, en el extremo norte del Embarcadero. Se puede llegar a pie hasta aquí, aunque también hay tranvías que recorren el Embarcadero de arriba abajo y llegan hasta el centro de la ciudad.