El hermoso Palacio de San Jorge es uno de esos puntos de referencia espectaculares que no se olvidan en los viajes a Génova. Su fachada repleta de adornos y colores contiene una representación de san Jorge y el dragón en plena lucha. En la actualidad, el edificio acoge las oficinas de la Autoridad Portuaria de Génova, así como un espacio de exhibición con un amplio abanico de exposiciones temporales durante todo el año.
El origen del palacio se remonta al año1260, cuando se construyó como el primer edificio público de la ciudad. En1570 se realizaron ampliaciones y Lorenzo Tavarone pintó el magistral fresco que lo ha hecho famoso. El edificio fue, en su momento, la sede política de la República de Génova y desempeñó un papel crucial en las tareas de administración del territorio. Desde1904, su proximidad al Puerto Viejo hace de él el lugar perfecto para servir de sede a la Autoridad Portuaria local. Sin embargo, sus salas albergan mucho más que oficinas.
En la planta baja hay un amplio espacio de exposición abierto al público. Nada más entrar, encontrarás una de atención al visitante en la que podrás obtener información general sobre las muestras temporales que coincidan con tu visita. Pueden tratar de temas diversos, desde figuras históricas de Génova hasta obras de arte. La fachada también es una maravilla en sí misma. Las estatuas, el hermoso reloj y, por supuesto, el gigantesco fresco brillan en intensos tonos azules, naranjas y amarillos.
El Palacio de San Jorge está situado en el centro del puerto medieval. Hay una parada de metro justo a la salida. Los billetes para ver las exposiciones se pueden comprar en la entrada y no es necesario reservarlos. Si no tienes tiempo para visitar el interior del edificio, te recomendamos acercarte para ver la hermosa fachada. Durante el día, podrás apreciar mejor la complejidad de sus detalles.