Con sus tres cataratas diferentes —Horseshoe, American y Bridal Veil— y su caudal irrefrenable, el río Niágara discurre entre el lago Ontario y el lago Erie, situado al sur.
Con esta colosal y sombrosa formación natural a su paso, no es de extrañar que las cataratas alberguen dos ciudades hermanas: Niagara Falls (Ontario) al norte y Niagara Falls (Nueva York) al sur. Para disfrutar por completo de la experiencia que ofrecen los viajes a las cataratas del Niágara, debes visitar las dos. En esta historia de dos ciudades, es importante saber en qué se diferencia la experiencia, aunque podrás disfrutar de paseos en barco en las dos orillas. En la ribera estadounidense, las mejores vistas de las cataratas se pueden contemplar desde la torre de observación del parque Prospect Point Park. En los viajes a las cataratas del Niágara, los visitantes podrán subir a esta torre de acero y cristal de 86metros de altura que brinda la oportunidad de acceder al cañón antes de subir a la plataforma de observación. Esta torre de observación también es importante por ser el muelle de carga del famoso barco turístico Maid of the Mist, que lleva a los visitantes a lo largo de una travesía tranquila, al principio, a través de las cataratas American y Bridal Veil para acabar en la densa niebla de las cataratas Horseshoe, más feroces. En Ontario, las mejores vistas de las cataratas las ofrecen los cuidados jardines y las plataformas del parque Queen Victoria Park. Desde aquí, se pueden admirar estupendamente las cataratas American y Horseshoe, especialmente si caminas a través de los paseos subterráneos que llevan a las salas de observación situadas a escasos centímetros de la cascada, lugar de interés muy conocido para hacer fotografías de recuerdo. Con su altura de 160metros, Skylon Tower ofrece la que quizá sea la vista más espectacular de todas, si bien Niagara Fallsview Casino Resort y Casino Niagara pueden ofrecer más emoción a otros. Como añadido, en los viajes a las cataratas del Niágara los visitantes pueden observar desde la ribera canadiense las espectaculares iluminaciones de las cascadas una vez caída la noche, una manera verdaderamente mágica de disfrutar de las atracciones naturales más espectaculares del mundo.