Reserva algo de tiempo para admirar el monumento a los Soldados Soviéticos, dedicado a los soldados rusos que murieron en combate contra las fuerzas nazis durante la Batalla de Viena. El monumento se eleva sobre la Schwarzenbergplatz en el centro de la ciudad, cerca de la fuente Hochstrahlbrunnen.
La estatua de bronce de 12 metros de un soldado ruso, con un casco y un escudo relucientes, se yergue sobre una alta columna. Conocido también como Heldendenkmal der Roten Armee (monumento a los Héroes del Ejército Rojo), se construyó en 1945 para rendir homenaje a los 17000 soldados muertos durante la Batalla de Viena, que tuvo lugar en abril de 1945, duró dos semanas y puso fin a la ocupación nazi en Austria.
Debido a su gran tamaño, las mejores fotos se hacen a distancia. Al acercarte, podrás admirar la figura del soldado orgulloso, de pie sobre el pedestal, con la bandera soviética en una mano y un escudo de armas dorado en la otra. En la Schwarzenbergplatz suele haber mucho tráfico, por lo que es posible que tardes varios minutos en llegar a pie.
En la base de la estatua podrás leer una inscripción con palabras del poeta Sergei Michaelkow, escritas como elogio a los soldados que liberaron la ciudad de la ocupación fascista, que empieza así: "Monumento a los soldados del ejército soviético, que dieron su vida para liberar a Austria del fascismo...".
Alrededor de la estatua hay el arco del triunfo y una columnata semicircular de mármol blanco. Las palabras doradas de la parte superior de la columnata le dan un aire majestuoso.
El monumento a los Soldados Soviéticos se encuentra en el extremo sur de la Schwarzenbergplatz en el centro de Viena. Puedes tomar el tranvía hasta la parada de la plaza o caminar desde la Karlsplatz o Rennweg.