En Marseillan, el Canal du Midi vierte sus aguas en el Étang de Thau, una laguna de agua color cielo. Los Graus, pequeños canales naturales, unen la espectacular naturaleza salvaje de este lago de 75 km² con el mar Mediterráneo. A las orillas de la laguna podrás observar una fauna muy variada. Con un poco de suerte, encontrarás incluso flamencos.
Este curioso medio que mezcla agua salada y agua dulce, permite la recolección de ostras, mejillones y almejas con un sabor muy especial. Disfruta de un plato de marisco en uno de los restaurantes de la laguna, con la arena entre los pies y el mar ante los ojos. ¿Y por qué no lo acompañas con un vino de la tierra? Gracias al clima excepcional de Marseillan, aquí puedes encontrar Merlot, Chardonnay e incluso Syrah.
Los viñedos son uno de los elementos esenciales en unas vacaciones en Marseillan. Reserva tiempo para descubrir la colección única del Domaine de Vassal, que puede presumir de cultivar 2250 variedades de uva. Los amantes de la historia tampoco quedarán decepcionados, porque podrán contemplar el pasado de la localidad en la plaza del mercado, cubierta desde 1310 con arcos de piedra basáltica negra de Agde o en el teatro Henri Maurin, el último teatro italiano de la región con su estatua de Marianne, la más antigua de Francia.
Marseillan también es un buen lugar para practicar deportes acuáticos. Entre la escuela de vela Les Glénans y el Cercle de Voile de Marseillan, no podrás resistirte a la llamada del mar. Y para aquellos que prefieran disfrutar de la buena vida en las playas del Mediterráneo, Marseillan-Plage ofrece una larga extensión de arena fina.
Si has encontrado un viaje barato a Marseillan, puedes aprovechar para visitar también Agde y Sète, situadas en las inmediaciones. Así que ya lo sabes, ponte manos a la obra y organiza tu viaje a Marseillan, pues es el destino ideal para disfrutar de unas vacaciones inolvidables con los amigos, la pareja o la familia.