Recorrer el largo muelle de madera que se adentra en el lago de Massaciuccoli es como aventurarse en un pequeño paraíso natural. Disfruta de un momento de tranquilidad con las gaviotas que sobrevuelan el cielo y la brisa acaricia los juncos junto a tus pies. Si te das la vuelta, podrás admirar el magnífico entorno montañoso y las vistas panorámicas de grandes praderas.
El lago es uno de los refugios preferidos de los italianos. El compositor Giacomo Puccini adoraba el lago y la vegetación que lo rodea. Muchos lugareños aún llaman “Puccini” al lago de Massaciuccoli por haber sido la residencia de tan ilustre personaje.
Su curiosa mezcla de ecosistemas dota al lago de Massaciuccoli de una fauna variada, especialmente en lo que las aves se refiere. Puede que tengas la oportunidad de divisar un cormorán, un aguilucho lagunero occidental o un somormujo lavanco. Estas bonitas especies viven junto a las distintas clases de patos que chapotean en el agua.
También puedes hacer una excursión en barco. Las visitas guiadas incluyen un recorrido ecológico por el agua. Podrás acercarte a un halcón y aprender cómo ha ido cambiando este agradable entorno a lo largo de los años. Si alquilas un kayak o una piragua podrás pasar horas navegando por el lago.
Tú decides cómo prefieres pasar el tiempo en el lago en cualquier caso, cuando te entre hambre podrás acercarte a uno de sus restaurantes o a los de Torre del Lago. Muchos de ellos se especializan en cocina de caza, preparada al estilo italiano. Saborea estas especialidades rústicas, que dan un toque aún más auténtico a este magnífico lugar.
Para llegar al lago de Massaciuccoli solo tienes que recorrer unos 400 metros a pie desde Massaciuccoli en dirección oeste. Muchos solo vienen a pasar el día, pero si quieres quedarte más tiempo, hay una gran oferta de hoteles en las localidades que rodean el lago.