Si reservas uno de nuestros viajes a Dundalk, no te pierdas las ruinas del castillo del Rey Juan, también conocido como castillo de Carlingford. Sus vestigios, de un romanticismo realmente increíble, están situados sobre un promontorio rocoso que domina las aguas de Carlingford Lough. La estructura de mampostería derruida invita a descubrir sus rincones y ofrece unas oportunidades fantásticas para sacar fotos con la bahía de fondo.
En el lugar no hay información de ningún tipo, así que quizá quieras leer algo sobre su historia antes de ir. La fortaleza la mandó construir el terrateniente normando Hugh de Lacy a finales del sigloXII y toma su nombre del rey Juan de Inglaterra, quien, según se dice, pasó aquí tresnoches en el año 1210 d.C.
Pasear por las antiguas murallas del castillo invita a reflexionar acerca de su larga historia. Aunque el sitio puede parecer muy tranquilo hoy en día, ha sido testigo de más de un ataque. En 1596, el conde de Tyrone, Hugh O'Neill, intentó capturar el castillo por sorpresa, pero no lo consiguió. Asimismo, en 1689, los jacobitas, que estaban en retirada, atacaron la fortaleza, y el edificio se utilizó como hospital hasta la batalla del Boyne, en 1690.
Por el momento, el castillo del Rey Juan no se usa para ningún propósito en particular, por lo que los visitantes pueden pasear por el exterior a sus anchas. Sin embargo, te recomendamos no entrar al castillo, ya que la piedra puede desprenderse.
Desde el recinto es posible contemplar vistas de Carlingford Lough. Si el día es claro, se puede ver la silueta de las montañas de Mourne, ubicadas al otro lado de la ensenada. Detrás del castillo se eleva Slieve Foy, un alto pico 589 metros.
Si vienes en coche desde Dundalk, el castillo está a aproximadamente 30minutos. También puedes coger uno de los autobuses que salen de la estación de Dundalk y paran en Carlingford. Asimismo, la visita al recinto del castillo es gratuita, así que no te lo pierdas.
