Durante tu viaje a Karasjok podrás conocer de cerca la cultura lapona. Podrás participar en una carrera de trineos tirados por perros o ayudar a los pastores de renos con sus tareas, entre otras actividades tradicionales. También puedes disfrutar de una gran variedad de actividades, caracterizadas por la vida al aire libre y la naturaleza virgen.
Karasjok es la capital lapona, con 3000 habitantes, y cuenta con muchas instituciones importantes relacionadas con los medios de comunicación, la política o la cultura. Aquí la lengua sami y el noruego poseen el mismo estatus. Los sectores industriales más importantes son el pastoreo y la agricultura, así como la pesca y la caza. El nombre de la ciudad se debe al río Kárásjohka, que atraviesa su territorio.
Organiza una excursión a Boble Glasshytte para ver cómo se realiza el soplado de vidrio en la tienda y admirar el colorido arte inspirado en la cultura sami. El turoperador Turgleder puede llevarte a descubrir la naturaleza virgen de Finnmarksvidda. Y si quieres aprender más cosas sobre la historia lapona, la mejor opción es visitar las Sami Collections. Visita Sametinget, con una curiosa forma de iglú o el parque cultural dedicado a la cultura lapona: Sapmi Park.
Si no tienes experiencia en montañas, merece la pena contratar a un guía para practicar senderismo de la forma más segura. Y no olvides abrigarte. En este lugar se ha registrado la temperatura más fría de toda Noruega: -51,4°.
Para organizar tu paquete de vacaciones a Karasjok, podrás reservar un vuelo desde Oslo (solo en verano) al aeropuerto de Lakselv, que está a una hora en coche, o al aeropuerto de Alta, que está a dos horas y media en coche y tiene más vuelos nacionales. No hay muchos autobuses que lleguen aquí, así que, si eliges este medio de transporte, tendrás que organizarte bien. Las carreteras están en buen estado, pero ten en cuenta que, en invierno, las temperaturas extremas dificultan el arranque del coche.
Karasjok no es un destino apropiado para un viaje de fin de semana, porque está demasiado al norte. Pero si haces un viaje más largo por el norte de Noruega, no puede faltar una escala en Karasjok.