Pese a sus grandiosos comienzos como emplazamiento de un palacio real, hoy el Jardín del Luxemburgo es un parque público de 23 hectáreas.
A este lugar acuden los estudiantes de la Sorbona, que se encuentra muy cerca, para tenderse sobre la hierba, niños que se lo pasan en grande jugando con barcos en miniatura en el estanque, montando en poni o dando vueltas en el carrusel y parisinos que trabajan en el barrio que buscan un respiro lejos del ajetreo de la ciudad sentados a la sombra ante peculiares mesas de ajedrez.
Bajo la pérgola se celebran conciertos de música clásica gratuitos en los meses más cálidos. Si te apetece entrar al Museo del Luxemburgo, enclavado en la parte noroeste del jardín, podrás ver importantes exposiciones bianuales. También es célebre su colmenar, cerca del cual hay un huerto y un teatro de títeres.
Antes de sentarte a descansar sobre la hierba con un bocadillo y un buen libro o algo para beber de las bebidas que ofrece el café que hay cerca del cenador, pasea por los jardines para descubrir sus numerosas obras históricas. Y es que el jardín alberga más de 100 estatuas, además de la famosa fuente de Médicis. Está coronada con la famosa obra de Auguste Ottin Polifemo sorprendiendo a Acis y Galatea.
De hecho, el parque está salpicado de muchas obras de arte interesantes, como el modelo original a pequeña escala de la Estatua de la Libertad de Frédéric Auguste Bartholdi. Busca las esculturas dedicadas a grandes figuras artísticas, como Baudelaire, Beethoven y George Sand.
El Jardín del Luxemburgo se encuentra en el 6.º distrito y es el jardín del senado francés, que se encuentra en el Palacio del Luxemburgo. La entrada es gratuita, aunque para utilizar el área de juegos infantiles hay que abonar una pequeña tarifa. Los horarios de apertura cambian según la temporada, así que es recomendable consultar su sitio web antes de la vista.