Fulda es un lugar tranquilo ubicado en mitad de un ajetreado país. Si buscas una oferta de viaje a esta ciudad, verás que tiene una conexión excelente con muchas ciudades importantes. A solo tres horas de Berlín, Múnich y Hamburgo y a una hora de Fráncfort y Kassel, esta ciudad también cuenta con conexiones directas con Copenhague, Varsovia, Minsk, Moscú, Viena y Basilea, lo que la convierte en un auténtico centro europeo. Aunque Fulda no tiene la ornamentada magnificencia barroca que se puede ver en el resto de la región, sí que ofrece un ambiente agradable, tranquilo y sereno que la convierte en un lugar perfecto para relajarse.
Dirígete al punto más emblemático de la ciudad, la catedral de Fulda. Ha sido la catedral de la diócesis de Fulda desde 1752, además de una antigua iglesia abacial y el lugar de sepultura de San Bonifacio. La catedral tiene diez campanas repartidas en dos torres y un gran órgano que data de principios del siglo XVIII, y está cerca del priorato de San Miguel, que ha sido la residencia del obispo desde la década de 1830.
Se suelen ofrecer conciertos en la plaza situada frente a la catedral y el museo que hay junto a ella contiene exposiciones litúrgicas de hace siglos, entre las que se incluye la daga con la que asesinaron a San Bonifacio.
Al otro lado de la calle se encuentra el Schlossgarten, o el jardín del palacio, un lugar encantador lleno de color que resulta perfecto para pasear por el centro de la ciudad. En un lado del jardín se encuentran la Orangerie, un edificio que se suele utilizar para festivales, y la escultura barroca Floravase.
El Stadtschloss, el edificio situado junto al jardín del cual recibe su nombre, fue en su día la residencia real y el palacio episcopal. Actualmente, algunas partes del edificio están abiertas al público y las más populares entre los turistas son la sala de los espejos y las antiguas viviendas. Aquí encontrarás una amplia colección de porcelana de Fulda, además de una exposición sobre el ganador del premio Nobel Karl Ferdinand Braun, que nació en la ciudad e inventó el tubo de rayos catódicos que se utiliza en los televisores y otros sistemas electrónicos.
Es posible que Fulda sea un lugar ideal para relajarse, pero también ofrece una gran cantidad de cosas que ver.