La historia de Greyfriars Bobby se ha convertido en una especie de mito en Edimburgo. Pasea por el hermoso cementerio en el centro del Old Town de la ciudad y observa las lápidas y los mausoleos. Busca la tumba de John Gray, pues se dice que un famoso perro Skye Terrier se sentó aquí durante 14 años tras la muerte de su dueño.
Según la leyenda, Gray murió de tuberculosis en 1858. Tras su entierro en Greyfriars Kirkyard, su peludo compañero rehusó moverse de su lado. Bobby se convirtió en una celebridad y los visitantes venían a visitar a esta fiel mascota. Cuando viajes a Edimburgo, busca el monumento de bronce a este famoso perro con una base de granito situada junto a la iglesia. Esta estatua se erigió tras la muerte del perro en 1872.
Después de ver la estatua, dirígete hacia las puertas del cementerio. Lee un tributo al perro en la lápida de la entrada y gira a la derecha para ver la tumba de Gray. En el mapa también se muestran otros puntos de interés del cementerio. Otros personajes reconocidos, como James Hutton, también están sepultados en el cementerio histórico.
Sigue los senderos por las áreas verdes y lee las inscripciones talladas en las piedras. Hay varios mausoleos en las orillas del cementerio, así como un monumento a los mártires religiosos que murieron ejecutados en el siglo XVII por su relación con el presbiterianismo. El cementerio también cuenta con una sección del muro de Flodden, que son los restos de las fronteras medievales de la ciudad de Edimburgo.
Visita el interior de la iglesia, construida en 1620 sobre el terreno de un antiguo monasterio franciscano. La sencillez del interior es una característica constante de la arquitectura de la Iglesia de Escocia. Los feligreses de la región se reúnen aquí los domingos por la mañana para celebrar una misa tradicional.
Camina hacia la estatua de Greyfriars Bobby, que está a diez minutos de la estación Waverley de Edimburgo. Los autobuses pasan regularmente por el Museo Nacional de Escocia, que está al otro lado de la calle. La iglesia y el museo están abiertos al público de abril a octubre. Los visitantes pueden asistir a misa todos los domingos del año.