Dunedin es una ciudad histórica que se encuentra entre un volcán inactivo y la costa virgen de la península de Otago, en la Isla Sur de Nueva Zelanda. Descubre el patrimonio escocés de la ciudad a través de sus edificios históricos, como la catedral de St. Paul y la estación de ferrocarril de Dunedin. A continuación, pasea por la ciudad y admira su belleza natural en lugares como el jardín botánico de Dunedin o los jardines arbolados Glenfalloch.
En pleno centro de la ciudad de Dunedin, se encuentra una plaza histórica conocida como The Octagon, que puedes recorrer a pie cómodamente. En esta zona puedes divertirte en bares y pubs muy animados, comer en las terrazas de los restaurantes, disfrutar de las actuaciones en la calle y recorrer los mercados. Cerca del octágono encontrarás otros edificios icónicos, como la cervecería Speight, el ayuntamiento de Dunedin, que forma parte de las cámaras municipales, y la ornamentada primera iglesia de Otago. A 1,2 kilómetros de aquí está la universidad de Otago. La mayor fábrica de chocolate de toda Nueva Zelanda, la Cadbury World, está tan solo a cinco minutos a pie del octágono. A 20 minutos en coche, se encuentra el castillo Larnach. Disfruta de las preciosas vistas del trayecto hasta esta fortificación de 1871, donde todos los días se ofrece té.
Si te apetece disfrutar de playas de arena blanca o practicar el surf con olas increíbles, dirígete a la costa sur de la ciudad. Prueba el marisco fresco y los famosos vinos de Nueva Zelanda en el paseo marítimo de St. Clair Beach.
A 45 minutos por carretera a lo largo de la preciosa península de Otago, se encuentra el Royal Albatross Center. Ponte cómodo y disfruta del espectáculo de los albatros gigantes aterrizando en la única área de reproducción en tierra firme de todo el mundo dedicada a esta especie.
El clima marino de Dunedin propicia los veranos cálidos. Los inviernos son impredecibles debido a la localización meridional tan extrema de la ciudad. Cuando hagas el equipaje, ten en cuenta que los meses más fríos son de junio a agosto. De todas formas, si vienes en esta época no te dejes el bañador, porque es muy probable que te apetezca unirte a los miles de valientes, algunos de ellos con indumentarias divertidas, que todos los años participan en la Dunedin Polar Plunge, un chapuzón en las aguas heladas de la playa.
El Aeropuerto Internacional de Dunedin se encuentra a 29 kilómetros al suroeste de la ciudad y por él pasan vuelos periódicos entre las principales ciudades de Nueva Zelanda y Australia. Si organizas tu viaje con tiempo, seguro que encuentras ofertas interesantes. La ciudad puede recorrerse cómodamente en autobús público, en bicicleta o a pie, aunque tiene bastantes calles cuesta arriba. Concretamente, Baldwin Street se considera la calle residencial más empinada del mundo.