El castillo de Óbidos es un emblemático monumento portugués, visita imprescindible en los viajes a Óbidos o a los alrededores de esta ciudad histórica. Cuando visites este espléndido castillo medieval, descubrirás muchos de los importantes acontecimientos de la historia portuguesa que se desarrollaron aquí.
El terreno del castillo ha pertenecido a distintos pueblos en el transcurso de la historia de la ciudad. En su día fue un asentamiento romano, y en el sigloV se convirtió en propiedad de los visigodos. Hoy en día, la mayoría de los elementos que se pueden ver datan del sigloXII como mínimo. Mientras caminas por los senderos que rodean el castillo, intenta imaginar cómo serían las vistas en los días de antaño, cuando la realeza portuguesa usaba este edificio como lugar de retiro. El castillo se ha ampliado y reconstruido muchas veces durante su extensa historia, después de los daños causados por terremotos y batallas.
La restauración más reciente tuvo lugar a mediados del sigloXX, durante la cual se añadió una amplia selección de antigüedades y otros objetos de importancia histórica. Puedes pasar la noche en el castillo y admirar estas espléndidas piezas mientras recorres las lujosas estancias. Actualmente, el castillo es un hotel de lujo, por lo que cualquiera que se lo pueda permitir puede experimentar la vida de la realeza portuguesa, al menos durante unas noches.
Desde la colina en la que se encuentra el castillo de Óbidos, se pueden ver unas vistas espectaculares de la hermosa ciudad de Óbidos y el exuberante paisaje que la rodea. No pierdas la oportunidad de explorar las calles adoquinadas de la ciudad y visitar otros muchos lugares históricos de lo más fascinantes, como el acueducto de Óbidos y la iglesia de Santa María, un encantador edificio del sigloXII.
Desde Lisboa, hay poco más de una hora en coche hasta el castillo de Óbidos. Una vez allí, puedes contemplar la impresionante fachada del castillo y explorar los maravillosos terrenos de forma gratuita. Solo los huéspedes del hotel pueden entrar y ver las habitaciones, pero este emblemático edificio ya resulta absolutamente fascinante incluso desde fuera.