Los conventos, campanarios, casas gremiales, plazas empedradas y canales te permiten disfrutar de un fascinante recorrido por el pasado de Brujas. Hoy en día, el casco antiguo de Brujas es un lugar de fama internacional, declarado patrimonio de la humanidad, y el destino turístico más popular de Bélgica, aunque su arquitectura y su historia son solo parte del atractivo de la ciudad. En tu viaje a Brujas no todo van a ser visitas turísticas: aprovecha para degustar la famosa cerveza belga y su exquisito chocolate entre monumento y monumento.
La forma más sencilla de desplazarse por esta pequeña ciudad es a pie, pero hay más opciones. Puedes tomar un coche de caballos desde el parque situado cerca del Minnewater o recorrer en barco los impresionantes canales de Brujas.
En el centro de Brujas se encuentra Grote Markt, una zona peatonal con una arquitectura espectacular. Para admirar las mejores vistas de la ciudad, sube a la torre Belfort. Otros lugares de interés son la basílica de la Santa Sangre, la catedral de San Salvador, el antiguo Hospital de San Juan y los numerosos puentes que cruzan los canales. Si llueve durante el viaje, aprovecha para visitar el Museo Groeninge y admirar la maestría de los artistas de la región a lo largo de la historia. Descubre la historia religiosa de Brujas en el Beguinaje, una comunidad religiosa en funcionamiento desde el siglo XIII.
Pero no puedes dedicarte únicamente a la historia. Bélgica es famosa por sus cervezas únicas, por lo que tendrás que probarlas, acompañadas del típico plato de “moules frites” (mejillones y patatas fritas). Para el postre, visita Choco-Story, el Museo del Chocolate, donde podrás conocer a fondo la historia del chocolate belga, antes de probar esta delicia conocida en todo el mundo.
Brujas es una atracción turística permanente. Está más concurrida durante el verano, cuando se celebran festivales de música y de danza los fines de semana. En julio tiene lugar el Cactus Festival, de rock y reggae, en Minnewaterpark. Por su parte, el MAfestival de agosto se centra en la música antigua, con órgano, clavecín, piano y coros barrocos.
Pero Brujas también tiene su encanto en los meses más fríos, sobre todo gracias a las atracciones de esta temporada, como el mercado navideño de Brujas y el festival de esculturas de hielo y nieve, que se celebran entre noviembre y diciembre. Si encuentras una buena oferta de viaje a Brujas en invierno, te llevarás un recuerdo único: la imagen de sus antiguos edificios con los tejados cubiertos de nieve.