A pesar de encontrarte en el centro de Filipinas y a menos de una hora de los doce millones de habitantes de Manila, en esta isla tropical tendrás la sensación de estar en medio de ninguna parte. Borácay es una pequeña isla cuya población permanente no supera los 12.000 habitantes. En tan solo diez kilómetros cuadrados, la isla pone a tus pies innumerables playas cristalinas, una vida nocturna muy animada y la posibilidad de practicar algunos de los mejores deportes acuáticos de todo el Sureste Asiático. En 2012, una conocida revista de viajes nombró a Borácay la mejor isla del mundo.
La mayoría de los visitantes que acuden a la isla, un millón al año aproximadamente, programan su visita durante la estación seca, entre los meses de noviembre y abril. Esta es la mejor época para nadar y practicar deportes acuáticos porque el mar suele estar en calma. Por ello, entre los meses de mayo y octubre, la isla se encuentra mucho más tranquila y los precios son más económicos, ya que muchos hoteles y tour operadores realizan ofertas para esta temporada. Se aconseja a los visitantes comprobar las alertas meteorológicas, ya que la región es susceptible de sufrir tifones.
La principal atracción de Borácay son sus playas. La más famosa es Playa Blanca, una playa de cuatro kilómetros que hace honor a su nombre. Esta popular playa pública es perfecta para nadar y, gracias a las palmeras que la delimitan, tiene garantizada la sombra, que resulta especialmente necesaria durante los meses más cálidos del verano. Si viajas en familia, te encantarán sus aguas seguras y poco profundas. Y si lo tuyo es la aventura, a lo largo de la costa encontrarás excelentes operadores de kitesurf, windsurf y submarinismo. Tras la playa se encuentra D-Mall, la principal zona comercial de la isla, donde encontrarás excelentes alternativas para comer y realizar tus compras.
Si prefieres algo más alejado, dirígete a la playa de Puka, donde se encuentran las singulares conchas de Puka. Si te atreves, incluso puedes saltar desde un acantilado en Ariel’s Point. Puedes desplazarte entre las distintas ensenadas, cuevas y playas de Borácay en un triciclo motorizado, que es el equivalente isleño a los taxis. Si te apetece explorar la isla a tu ritmo, puedes alquilar un escúter o una bicicleta.
Puedes llegar hasta Borácay a través de Manila, desde donde salen vuelos regulares a los aeropuertos próximos de Caticlan y Kalibo. Desde aquí, dirígete a la estación de ferries en lanzadera o taxi, y prepárate para desembarcar en el mismísimo paraíso. Busca con tiempo una oferta de viaje a Filipinas y no te marches sin visitar esta paradisíaca isla.