La visita al conjunto de edificios y espacios abiertos que componen el Binnenhof permite conocer por dentro las cámaras oficiales del Gobierno holandés. Pero antes de entrar, admira el complejo desde la otra orilla del Hofvijver (que significa “lago real”). Busca el despacho hexagonal del primer ministro holandés, conocido como Het Torentje (“torrecilla” en neerlandés).
El Binnenhof (tribunal interior) se erigió en el siglo XIII y originalmente fue el lugar de residencia del conde holandés Florencio IV y de su hijo Guillermo II. En 1446, los dirigentes holandeses decidieron que el complejo era un lugar perfecto como sede del Parlamento. Desde entonces, salvo por un breve período a principios del siglo XIX, sus edificios han sido el centro del poder político de los Países Bajos. En el Binnenhof es posible ver a ministros en bicicleta, porque hasta a los políticos holandeses más destacados les gusta ir a trabajar a golpe de pedal.
Fíjate en cómo la gran estatua ecuestre del rey Guillermo II parece hacer guardia ante la Stadhouderspoort (la puerta del estatúder), que es la entrada principal. Una vez dentro, pasea en torno a la fuente neogótica del patio, de acceso público. Lo más seguro es que tu mirada se vea atraída inmediatamente hacia el edificio del Ridderzaal (que significa “sala de los caballeros”), un antiguo salón de baile. Se trata de un edificio del siglo XIII flanqueado por dos altas torres y rematado por un puntiagudo tejado. El Ridderzaal es el lugar desde el que el rey de los Países Bajos pronuncia cada año su discurso a la nación el Prinsjesdag (día de los príncipes), que se celebra el tercer martes de septiembre.
Es posible conocer los edificios por dentro apuntándose a alguna de las visitas guiadas que se organizan diariamente y que, tras visionar un breve vídeo sobre la historia del Binnenhof, permiten visitar el Ridderzaal. Además, hay ciertos días en que algunas de las visitas guiadas incluyen también el Senado y la Cámara de Representantes. Es aconsejable reservar la visita guiada con antelación.
El Binnenhof está enclavado en el corazón de La Haya y hasta él llega un servicio regular de tranvías. El patio se encuentra abierto al público permanentemente, excepto los días en que se celebran ceremonias especiales, en los que todo el complejo permanece cerrado. Las visitas guiadas son de pago y los domingos se ofrecen en inglés. Además, tendrás audioguías y folletos en español a tu disposición. Para conocer el horario de las visitas guiadas, pregunta en la recepción del centro de visitantes ProDemos.